Este tomo también está interesantísimo. Primero conocemos un poco del pasado de Mikasa y de cómo llegó a ser adoptada por el Dr. Jaeger. Al ser hija de una oriental, unos criminales mataron a sus padres para venderla en el mercado negro, pero Eren acaba descubriendo su paradero y se los carga, liberando a Mikasa. Su padre decide entonces adoptarla como un miembro más de la familia.
Volviendo al presente, a los reclutas se les está acabando el gas con el que poder utilizar sus aparatos tridimensionales, por lo que tienen que volver a la base a repostar. Por desgracia, ese sitio está a reventar de titanes que se están zampando a todo el mundo. Menos mal que Mikasa es la puta ama y con una valentía que ya quisiera cualquier persona tener, dirige a sus compañeros a derrotar a los gigantes. Sin embargo se topan con una sorpresa, pues hay un titán excéntrico (los que están mazados y tienen un mínimo de razonamiento) que comienza a luchar contra el resto de titanes, matándolos de uno en uno, ayudando a los humanos. Los reclutas, perplejos, aprovechan la situación y entran a repostar su preciado gas.
Al final del tomo el excéntrico acaba debilitado y se esfuma, dejando al descubierto a un Eren vivito y coleando. Y así se queda, con toda la intriga del mundo. T_T ¿Era Eren ese titán? Seguro que tiene algo que ver con la inyección que le puso su padre, que salió en el tomo anterior.
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